viernes, 28 de noviembre de 2008

¿Como evitar "quemarnos"?

Existen técnicas para evitar el burnout entre los profesionales de la enseñanza, como el hecho de fomentar la formación de los profesores en técnicas de relajación física-psíquica y en la resolución de conflictos. A nivel personal, también existen estrategias que pueden evitar o prevenir el síndrome del quemado:
No sobrecargarse de tareas y menos si no forman parte de la tareas habituales.
• Utilizar los canales de comunicación que haya en la empresa: departamento de recursos humanos, correo interno, sistema de sugerencias... para informar a los superiores de las preocupaciones que nos inquietan. También se puede hablar con personas de confianza que tengan influencia y puedan solucionar la situación de angustia.
• Averiguar si otras personas han pasado por la misma situación y preguntarles cómo lo solucionaron.
Delimitar las funciones: pedir que se organicen reuniones periódicas en las que todos puedan dar su opinión sobre su propio trabajo, clarificar en qué ámbitos es responsable cada uno y cuántas tareas puede asumir sin llegar a desbordarse.
• Aprender a controlar las emociones: no enfadarse cuando se crea que se está cometiendo una injusticia con uno. Hay que intentar exponer las quejas con explicaciones basadas en hechos concretos y proponiendo soluciones. Es importante que cuando se exponga un problema se demuestre que no afecta solamente a uno mismo, sino a todo el equipo.

En el momento de presión hay que saber pedir ayuda: algunas personas se queman cuando se les exige asumir tareas para las que no se está preparado. Para evitarlo se puede pedir un curso de formación o buscar la ayuda de un compañero más experimentado.

Muchas de estas técnicas dependen del entorno de trabajo donde se esté trabajando y algunas situaciones serán insalvables, pero lo que hay que tener claro es que el estrés tiene que ver con la respuesta personal ante la vida y el trabajo.

Los frecuentes cambios en el entorno laboral actual nos exigen una gran capacidad de adaptación y la reacción que tengamos ante ellos puede ser decisiva para superarlos o no.

Por lo tanto, reducir el estrés no siempre está relacionado con la cantidad de trabajo, sino con la actitud que tiene el individuo a reaccionar ante momentos difíciles o de cambio

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